Una ocasión escuché algo así como que “(…) la literatura clásica es aquella que todo el mundo quiere haberla leído y nadie lo ha hecho (…)”. Supongo que era una manera de decir que los clásicos son duros de leer, complicados o incluso aburridos. Y si además se trata de teatro… pues ni te cuento… Esto viene porque hacía ya bastante tiempo, más tiempo del deseado, que por unas causas o por otras no había acudido a una función de teatro. Siempre he puesto alguna excusa pueril que me ha “impedido” acudir y disfrutar del teatro.
Pero… por fin anoche fui con unos amigos a un espectáculo de teatro en Valencia. Y no, no os creáis que fui a un teatro de los más conocidos de la ciudad, de esos con solera y gran lujo. No. En esta ocasión fuimos a la escuela de teatro y cine OFF que dispone de un graderío con un escenario donde la proximidad con los actores te sumerge aún más en la narración, en el espectáculo, haciéndote sentir un poco voyeur.
La obra, “La Casa de Bernarda Alba”, un clásico del universal Federico García Lorca, presentada por la compañía valenciana Totart TA3 fue un gran descubrimiento. No cabe duda que hay cantera en las pequeñas compañías y escuelas de teatro de Valencia.
Sorprendentes fueron la actriz Lola Cots en su papel de Bernarda que, con su gesto, su timbre y su mando agarraron a las butacas a más de uno. O la jovencísima Elsa Moreno, actriz y poetisa a la que no deberíamos perder la pista, que con su papel de Adela supo guiar con una vitalidad lorquiana a sus hermanas de reparto en una obra que además de un clásico es un deleite y ayuda a conocer el espíritu humano y una España no tan pretérita.
La actriz Antonia Ricart en su papel de Poncia muestra saber hacer. La dirección artística y teatral realizada por Antonio Valls, director de la academia de artes escénicas Totart, fue sobria y muy correcta. Tal vez, podría sugerir, desde mi ignorancia, algún cambio en el desarrollo final de la obra, como es que al finalizar la obra no hayamos podido aplaudir a Elsa Moreno como correspondería quedándonos un poco sorprendidos de el porqué.
En definitiva, una obra muy recomendable realizada con pocos medios y mucho talento.
Sería estupendo poder contar en el Barrio de Malilla con espacios escénicos, aunque sean modestos como fue donde acudimos, para poder disfrutar de cultura, CULTURA con mayúsculas, de obras de teatro, de cine, de música, etc. Aquí lo dejo… por si alguien, como yo, desea seguir el hilo.
** Si te gusta comparte la noticia en tus redes sociales. Puedes hacer comentarios más abajo. Y, por supuesto, si quieres participar en Malilla Digital, ¡ahora es tu momento!