La Columna de… “Andrea Moliner” | “Diario del Confinamiento” (Día XLVI)

En primer plano, como si de una película se tratase, los árboles que adornan mi calle. El viento cálido los agita en una hipnótica danza. Sus hojas parecen escurrirse, su tronco servir como cadera y sus ramas retorcerse en posiciones imposibles. Quiero moverme con ellos, fundirme en su suave movimiento, reconectar con las raíces de lo que como sociedad nos define, más allá de ese nexo invisible que parece unirnos a la naturaleza de una manera casi mágica.

Hoy, día de la danza, me acuerdo de sus profesionales. Tanto de quienes ejercen tan bella como sacrificada profesión como de quienes trabajan por y para ella desde distintos ámbitos. Muy pocos desconocen el trabajo que lleva detrás, los años de preparación, la volatilidad de su mercado laboral o la corta, en ocasiones, vida dentro del mundo profesional.

También se desconoce su versatilidad, su reciclaje, su interdisciplinariedad, sus lenguajes, su intención artística, sus lecturas o las lesiones que ésta provoca si no se sigue un entrenamiento previo.

Poco se habla de su precariedad y del esfuerzo que cuesta levantar un espectáculo de la nada. En lugar de ello, al igual que otras artes escénicas, sufre el desprecio de quienes no saben mirar más allá de lo multitudinario. Muchos consideran a la danza un aburrimiento, una cosa de chicas o para públicos urbanitas snobs cuando, en realidad, ésta no hace sino retratar la sociedad que estamos viviendo a través de la universalidad de la música y sus movimientos. Siempre asociada al ballet clásico, lo cierto es que existen estilos más allá de las puntas o El lago de los cisnes, generando una variedad rica en sus formas y mensajes.

Hoy, en el día de la danza me acuerdo de ellos, especialmente de mi hermano, y de un sector que ha sido de los primeros en confinarse y seguramente, visto el percal, los últimos en volver a pisar un escenario.

Como siempre, la cultura en general, necesaria en todas sus manifestaciones para el sustento de una sociedad democrática, va a ser de nuevo la más perjudicada.