El 2020 ya ha quedado atrás, pero mucha gente va a continuar recordándolo por mucho tiempo. Tachado de año apocalíptico, han sido cuantiosos los hechos aciagos que han surgido en el mismo, con la COVID-19 como estandarte.
El año termina con la incertidumbre de saber que deparará el 2021. Pero algunos lo han cerrado peor que otros. Es el caso de Croacia, donde sumado a los destructivos terremotos ocurridos en Zagreb el pasado marzo, han sucedido de nuevo en Petrinja, localidad a sesenta kilómetros de la capital croata, donde también se sintió el seísmo. Fue a diez kilómetros de profundidad, y alcanzó un máximo de 6’4 en la escala Richter el 28 de diciembre, pero la tierra siguió temblando durante los días 29, 30 y 31 con dieciséis réplicas. Todos estos terremotos se comprendieron entre 3’7 y 4’8. El desastre ha sido patente, cuantiosos daños materiales y personales, y hasta el momento, siete fallecidos y veintiséis heridos.
Hay pocas cosas que hacer frente a la fuerza de la naturaleza. Pero siempre se puede remar en su dirección y evitar riesgos: no permitir la deforestación indiscriminada, establecer correctamente los usos del suelo, no urbanizar en entornos propensos a desastres climáticos, reducir la contaminación y la huella ecológica… entre muchos otros. hay que tener presente que la Tierra está viva.
Valencia y la sismología
Aquí tampoco somos ajenos a los temblores de tierra. El golfo de Valencia, es una zona con actividad sísmica moderada. El recién despedido 2020 trajo algunos seísmos que se dejaron notar en la Comunitat. Por ejemplo, el 3 de noviembre la tierra se sacudió durante cinco segundos a 3’6 grados cerca de Alcoi, sintiéndose hasta Gandía. En la madrugada del 1 de diciembre, nada menos que veintidós terremotos se manifestaron durante dos horas en el golfo de Valencia, a unos cuarenta kilómetros mar adentro, aproximadamente. La intensidad alcanzó un máximo de 3’2 grados en la escala Richter, pero no se sintió por la población.
Basta con acceder a diferentes medios y servicios como el Instituto Geográfico Nacional (IGN) para conocer y seguir los seísmos que hacen temblar la Tierra. Son más frecuentes de lo que a menudo pensamos, si bien la gran mayoría son imperceptibles desde la superficie, además de tener una duración muy corta.
De cualquier forma, es importante tener conocimiento sobre la geología y tectónica local y las propiedades del lugar donde vivimos, para contemplar las perspectivas de futuro. Los mayores terremotos se esperan en la parte sureste de la península: Granada, Murcia (como ya ocurrió en Lorca en el año 2011) y el sur de Alicante, son los principales focos. Caminemos hacia el futuro, sin olvidar que, la Tierra está viva.
Fuentes:
Instituto Geográfico Nacional (IGN)
Markušić, Snježana & Herak, Marijan. (1998). Seismic Zoning of Croatia. Nat. Hazards. 18. 269-285. 10.1023/A:1026484815539.
Grupo de Ingeniería y Riesgo Sísmico. Universidad de Alicante.